Duelo ante la pérdida. Proceso para la curación
El duelo es la respuesta natural y esperada ante la pérdida (real o emocional) de una persona, condición u objeto con los cuales se tiene un vínculo afectivo. El duelo es un proceso que generalmente dura hasta 6 meses e implica:
1) Negación: no se puede creer que la pérdida es real
2) Ira: se percibe que la pérdida es injusta
3) Depresión: se siente dolor ante la pérdida
4) Aceptación: se asimila la pérdida y se logra reinterpretarla.
Sin embargo, la vivencia del duelo varía de persona en persona en cuanto a su intensidad, duración, y las emociones y conductas que se manifiestan.
Duelo patológico
Vivir un duelo genera alteraciones en las emociones: tristeza, enojo, culpa, etc. Los pensamientos: recuerdos intrusivos que interfieren con la atención y concentración. Las sensaciones físicas: Dificultades respiratorias, taquicardia, falta de energía, etc. Y, las conductas: Alimentación, sueño, actividades cotidianas, etc.
En algunos casos el proceso de duelo se desvía de su curso normal y debido a su intensidad o duración. Si luego de 6 meses después de la pérdida no se experimenta una mejoría en el estado de ánimo, no se logra aceptar la pérdida, el funcionamiento diario no se recupera, y se siente que el futuro ya no tiene sentido o inclusive existen deseos de morir, se considera que el duelo es patológico.
Tener problemas emocionales previos a la pérdida: (depresión, ansiedad, intentos de suicidio, etc.), duelos anteriores no resueltos, una relación conflictiva o ambivalente con la persona perdida, tener poco apoyo social y vivir bajo estrés puede aumentar el riesgo de desarrollar un duelo patológico.
¿Qué hacer para disminuir la tristeza y el sufrimiento ante la pérdida?
Considerando que el duelo es un proceso emocional normal, la mayoría las personas no requieren de ayuda profesional para para hacer frente a la situación de pérdida (a excepción del duelo patológico). El duelo se puede facilitar al informarse sobre el tema. Aceptar y expresar las emociones negativas. Resolver asuntos pendientes con la persona perdida por medio de cartas y apoyarse en los seres queridos.
Es importante disminuir el sufrimiento, pero… ¿nos hemos detenido a pensar qué es este sufrimiento? El sufrimiento es como una balanza donde apenas contamos con recursos para hacer frente a la amenaza que estamos teniendo, en este caso la pérdida.
La balanza está desequilibrada, y es importante trabajar con nuestros recursos personales y aprender otros nuevos, para equilibrarla y sentirnos mejor.
Busca el apoyo de familiares y amigos. Es importante saber que en ocasiones preferimos estar solos o acompañados, ésto va a depender del momento. Es normal sentirnos confusos y no saber qué es lo que deseamos, tengamos paciencia, no nos culpes, vayamos a nuestro ritmo.
intentemos siempre que sea posible, compartir nuestros malos momentos con personas diferentes para que ninguna de ellas pueda sentirse desbordada.
encontremos pequeños espacios de bienestar, es necesario darnos permiso para vivir y disfrutar con ello.
Es aconsejable permitirnos estar en duelo emocional, pero a la vez es positivo marcar pequeñas obligaciones con la finalidad de no aislarnos y recuperar nuestra vida familiar, social, laboral y personal.
evitemos en lo posible tomar decisiones importantes de forma precipitada. En ocasiones la emoción es la que intenta controlar esa decisión y no siempre es la acertada y la más beneficiosa para nosotros.
Es importante permitir que los recuerdos surjan y compartir los buenos y malos momentos, no hay razón para ocultar el dolor o la alegría.
debemos ser precavidos al deshacernos de objetos o recuerdos precipitadamente, quizás la impulsividad o la tristeza nos jueguen una mala pasada. Es bueno guardar cosas como fotografías, cartas, objetos personales, quizás esto nos sirva de ayuda en el futuro.