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Coronavirus: Psicología emocional ante ésta pandemia

Desde que el coronavirus apareció en nuestras vidas, es casi imposible obviar su existencia. La velocidad de propagación en el mundo, cada día más y más personas infectadas. Los efectos físicos y psicológicos que provoca junto a las medidas de aislamiento tomadas, nos mantienen alerta a diario. Es muy difícil hablar o pensar en otra cosa que no sea coronavirus. Situación ésta que puede llevarnos en malestar emocional. Entonces, ¿Cómo controlarlo?

Muchas preguntas sin respuesta están constantemente en nuestra mente. A eso le sumamos las noticias que se difunden por webs y redes sociales. Toda gira en torno al COVID-19, y ni con eso conseguimos calmarnos ni obtener soluciones.

Estamos frente a la incertidumbre por no saber qué pasará. Es común experimentar cierta angustia y más si tenemos en cuenta que al ser humano le gusta tener todo bajo control; aunque bien es cierto que existen muy pocas cosas que podamos controlar. Y esto es lo que ocurre con el coronavirus, que a nivel psicológico nos obliga a enfrentarnos a lo inesperado, a la inseguridad. Algo normal si tenemos en cuenta que nunca habíamos estado en una situación semejante, de ahí la incomodidad.

Efectos psicológicos del coronavirus

Estrés, miedos o ansiedad son las reacciones más comunes ante la situación actual. Todo un escenario psicológico que si no se sabe gestionar puede tener consecuencias bastante negativas. De hecho, un estudio publicado en la revista The Lancet sobre el impacto psicológico del coronavirus afirma lo siguiente:

La salud mental se suele resentir aproximadamente a partir de diez días de confinamiento.

Es muy común que se experimente el miedo a infectarse o a contagiarse de forma irracional.

Suelen aparecer los pensamientos negativos y catastróficos con mayor frecuencia.

Aparecen las compras compulsivas por temor a que falten los alimentos y los suministros básicos, debido a que la mente actúa a través de impulsos.

Existe cierta tendencia a aburrirse y sentir frustración producida por la reducción de la interacción con los demás.

Surge la desconfianza hacia la información proporcionada por las instituciones y autoridades.

Las personas con problemas de salud mental pueden sentirse peor o incluso empeorar.

Como vemos, el manejo el manejo emocional del coronavirus es fundamental, ya que puede tener unos efectos psicológicos devastadores en cada uno de nosotros.

Control emocional ante el coronavirus

En este punto queremos mostrarles algunas ideas para manejar emocionalmente esta situación. Sobre todo, aquellas personas nerviosas, hipocondriacas, con estrés de más, pero que por fortuna no están afectadas de esta enfermedad.

Cabe destacar que todas las emociones que experimentamos tienen un mensaje y por lo general está relacionado con nuestra supervivencia. El miedo, la ansiedad o incluso la rabia, todas pretenden de alguna forma protegernos, lo que ocurre es que en muchas ocasiones los mecanismos que activan en nosotros no son los más adecuados. Por lo tanto, ante una situación totalmente inesperada es normal que podamos experimentar este tipo de emociones.

  1. Evitar la sobrecarga informativa. Esto no quiere decir que no estemos pendientes de lo que ocurre, pero sin obsesionarnos.
  2. Cuestionar nuestros pensamientos. Como hemos hablado, es normal tener miedo, pero debemos tener cuidado de que este gobierne nuestras vidas, ya que puede originar pensamientos irracionales y negativos. Tratemos de no dejarnos llevar por el pánico y racionalizar.
  3. Así, si tenemos miedo de infectarnos, en lugar de ponernos en futuros escenarios catastróficos, llevemos a cabo las recomendaciones y medidas de prevención; si tememos que algún familiar mayor o con alguna enfermedad se contagie, hagamos lo posible por protegerlo. Esto es tomemos medidas útiles y cuestionemos nuestras creencias, en lugar de dejarnos llevar por nuestros pensamientos.
  4. Establecer rutinas. Planifiquemos nuestro día, pongámonos unos horarios y por supuesto no nos olvidemos de relajarnos. Estar en casa no significa estar todo el día ocupado, pero tampoco sin hacer nada. Pongámonos al menos una meta al día (leer un libro, hacer ejercicio, pintar, escribir…) Alcancemos un equilibrio y enfoquémonos en el presente, en el aquí y ahora.
  5. Expresar cómo nos sentimos. Liberemos ese malestar, esas preocupaciones y miedos con los demás. Permitámonos estar mal, eso sí sin ahogarnos en estos sentimientos. De ahí que compartirlo sea recomendable con el fin de manejarlo entre todos.
  6. Analizar la realidad. Mucho cuidado con minimizar los riesgos o maximizarlo tanto que nos quite el sueño. Hay que ser realista y adaptarnos a lo que sucede desde la responsabilidad y respeto.
  7. Mantener el contacto con los demás. Tanto si vivimos solos como acompañados tenemos que preocuparnos por cuidar nuestras relaciones. En casa, podemos conversar, jugar o compartir tareas y hobbies y si esto no es posible, siempre están las llamadas, videollamadas o audios de whatsapps.
  8. Por último, algo muy importante que no podemos olvidar es que a pesar de que no tengamos control sobre el coronavirus, sí lo tenemos sobre nuestras actitudes y comportamientos. Por lo tanto, reflexionemos sobre cómo queremos recordarnos cuando pase esta crisis y dónde podemos ejercitar nuestra responsabilidad.

Colaboración de: www.psicoactiva.com

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