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Autoconcepto ¿Qué significa y cómo se logra?

El autoconcepto agrupa un conjunto de sentimientos, imágenes y pensamientos que hacemos o tenemos de nosotros mismos valorada en un juicio razonable. Ojo, no debemos confundir autoconcepto con autoestima, aunque ambos conceptos están relacionados.

Conocer qué es el autoconcepto nos ayudará a tener una mejor autoestima y a tomar decisiones más asertivas en la vida.

Nuestro propio concepto no se forma por sí solo, es producto de las interacciones más importantes que hemos desarrollado en la vida. Engloba la percepción que tenemos sobre nuestras capacidades. Es por ello que, con el tiempo, estas imágenes son más organizadas.

Para la psicología social, este término es muy importante, así como también lo es para los psicólogos de la corriente humanista. De hecho, los estudios señalan que el autoconcepto es un concepto decisivo para el desarrollo de nuestra personalidad.

Tener un autoconcepto positivo nos permite tener un buen funcionamiento a nivel social, profesional y personal.

Definición

El autoconcepto es el conjunto de sentimientos, imágenes y pensamientos que tenemos respecto a nosotros mismos. Así, surge la distinción entre el componente evaluativo (sentimientos) y el cognitivo (pensamientos).

Los pensamientos hacen referencia a nuestras creencias, imagen corporal, valores, identidad social, habilidades u otros rasgos que consideramos tener.

Al componente evaluativo también se le denomina algunas veces autoestima, y está conformado por los sentimientos, positivos o negativos, que experimentamos sobre nosotros.

Estudiosos de psicología dividen el autoconcepto en dos grupos:

Identidad personal

Identidad social

En el ámbito personal, entran en juego variables como los rasgos personales y otras características que nos hacen únicos.

En cambio, el ámbito social se ve alterado o modificado por el entorno que compartimos con los demás.

Por ejemplo, la religión que profesamos, la comunidad donde vivimos, la institución donde estudiamos, nuestra familia. Asimismo, también es modificado en el tiempo por nuestra experiencia en la vida.

Formación del autoconcepto

El autoconcepto no resulta ser solo una visión egocentrista de nosotros mismos. Tampoco es algo estático, sino que el factor social también lo determina.

Por eso para formar el autoconcepto, es importante conocer estos puntos:

Hallarle sentido a la vida.

Desarrollar habilidades y cree firmemente en ellas.

Socializar con el entorno.

No cerrarnos a nuevas experiencias. Ser una persona dispuesta a cambiar.

Ser optimista y mantener una buena actitud.

Ponernos metas en la vida a corto y largo plazo.

Ser un individuo productivo.

Mantenernos atentos a aportar soluciones a diferentes problemas.

Características del autoconcepto

Organización. La persona, para reducir los niveles de complejidad de una o varias situaciones, las asocia a una categoría.

Multifacético. Logra dar atención a diversas actividades en su entorno, a la vez que se marca prioridades para atenderlas.

Ordenado. Establece una base o punto de partida y, a partir de allí, actúa y tiene la potestad de variar en el tiempo según la posición jerárquica que haya establecido.

Experimental. Se va nutriendo de experiencia para formar su autoconcepto que, en un determinado momento, puede parecer algo global o abarcador pero que tiene, a su vez, características distintivas.

Valorativo. Se permite en el tiempo evaluarse a razón de otros conceptos o ideas que surgen en su entorno o aprendizaje.

Diferenciable. A partir de una idea o concepto puede manejar variables que debe tomar en cuenta, pero manteniendo sus valores de juicio.

Factores del autoconcepto

Dependiendo de la escuela o del autor, los factores del autoconcepto pueden variar. Desde la postura del psicólogo humanista, Carl Rogers, los factores que conforman el autoconcepto son tres:

  1. La imagen de ti mismo

Generalmente, responde a la pregunta ¿Quién soy yo?, y las respuestas pueden depender de los roles sociales o los rasgos personales.

La autoimagen puede estar influenciada por las amistades, compañeros o los padres, además de otros grupos de pertenencia. También pueden influir los medios de comunicación.

Es necesario recordar que, no siempre, la imagen que se tiene de uno mismo puede coincidir con la realidad. Hay quienes tienen una autoimagen elevada y piensan que son mejores que otros.

Sin embargo, en estos casos probablemente hay una tendencia de autoimagen negativa, lo cual hace que se exageren las debilidades o defectos.

Mujer con buena autoestima

La imagen que tenemos de nosotros mismos está influenciada en gran medida por el entorno, la familia, las amistades y medios de comunicación.

  1. La autoestima

Este indicador se refiere a cuánto valor nos damos a nosotros mismos e implica un grado de evaluación. El resultado puede ser positivo o negativo. Hay varios factores que inciden en nuestra autoestima. Argyle pensó en cuatro:

La reacción de los otros.

La comparación con los demás.

Los roles sociales.

La identificación.

  1. El yo ideal

El yo ideal hace referencia a cómo nos gustaría ser. Algunas veces, la forma en la que nos vemos y cómo nos gustaría vernos no coindicen.

Aunque el autoconcepto puede mantenerse en el tiempo, o es estable, no quiere decir que no pueda cambiar. En realidad, sí es posible.

Tal como hemos observado, el autoconcepto y la autoestima se encuentran relacionados. Trabajando nuestro autoconcepto podremos tener una autoestima alta.

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